Rudy Hanak, con su equipo en mano, perseguido por
un policía durante la dictadura. Buenos Aires, 1982.
En esta imágen podemos ver que hay en la calle un fotógrafo, con sus lentes en el brazo, corriendo, y al lado un policía también corriendo y mirandolo. Podemos inferir que se trataba de una manifestación en donde estaban reprimiendo, y el perseguido fue a sacar fotos periodisticas y el represor salió a correrlo para censurarlo, sacarle la cámara, golpearlo, etc.
Lo que me llama la atención es la dualidad del perseguido con sus lentes, siendo retratado por otro. El saber que el protagonista de la foto está siendo perseguido por el mismo acto que está cometiendo el autor de la foto al sacarla (tomar fotografías periodísticas en una manifestación, retratando la puntual participación de la policía en estos asuntos). También hay por la perspectiva una ilusión de que parecen que están corriendo a la par, en vez de uno atrás del otro. Por momentos pareciera que hay cierta complicidad, que huyen de lo mismo -aunque evidentemente no es asi-. Pero lo que más me llama la atención es el momento exacto en el que fue sacada la foto, está cuestión de saber que esa escapada no fue eterna, el saber que probablemente el fotógrafo fue alcanzado, censurado y reprimido. Pero la foto captura ese pequeño instante en el que tenía la posibilidad de librarse, en el que sus fotos seguian intactas. Ese momento puntual que genera la esperanza de que pueda escaparse, que nos muestra cuál puede ser su futuro, el cual contrasta con el que sabemos que terminó siendo con el diario del lunes, generandome ese pinchazo.
Por estás cosas considero que es una fotografía superlativa.
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